17 Jul
17Jul

Y EL DÍA DE GLORIA LLEGÓ

Tras 20 años la Copa del Mundo vuelve a Francia tras una trepidante final en la que supieron resistir las embestidas croatas y responder en cuanto tuvieron ocasión. Un triunfo que alza a una joven generación a lo más alto. Quién sabe hasta dónde puede llegar este grupo. Jugadores como Mbappé, Griezmann, Pavard, Lucas….. tienen un brillante futuro por delante.

La final transcurrió con un dominio croata en la primera parte ante el que poco pudo hacer Francia. La presión en campo contrario y la verticalidad permitían a Croacia plantarse rápidamente en el área, aunque no terminaban de concretar esas ocasiones. Nadie podía esperar que en esa situación el primer gol llegara en un libre directo lanzado por Griezmann y desviado por Mandzukic hacia su propia portería. Pero la alegría no les duró mucho, y tras varios rechaces Ivan Perisic hacía el empate con una preciosa volea. La primera parte concluiría con una mano del propio Perisic dentro del area que el colegiado Néstor Pitana señaló con ayuda del VAR. El propio Griezmann se encargó de lanzar y anotar el 2-1 justo antes del descanso.

La segunda mitad comenzó con un escenario muy similar al de la primera, y al poco tiempo Didier Deschamps decidió dar entrada a N’Zonzi en lugar de N’Golo Kanté, el cual no estaba cuajando su mejor partido. Y lo cierto es que esa sustitución le dio alas al equipo, que en pocos minutos logró conectar varias contras. En una de ellas Giroud dejó un balón para que Pogba, en su segundo intento, lograra anotar el 3-1 y dejar muy tocados a los croatas. Y prácticamente seguido llegó el 4-1 esta vez de Kylian Mbappé. Los franceses ya se sentían campeones, y fruto de esa relajación llegó el gol croata, en un error del portero y capitán Hugo Lloris, que Mario Mandzukic transformaba en el 4-2.

A pesar de las oleadas croatas el marcador no iba a moverse, y una vez el árbitro argentino señaló el final, la fiesta francesa comenzó. La lluvia hizo acto de presencia, pero no fue suficiente para aguar lo que ambos equipos habían logrado. Bien es cierto que los franceses se habían erigido campeones, pero la hazaña croata será igualmente recordada. Un país de unos cuatro millones de habitantes había sido capaz de plantarse en una final de la Copa del Mundo. Todos los hinchas que se dieron cita en las calles de Zagreb aplaudían, orgullosos, la actuación de sus compatriotas. Lo habían dado todo y pese a la derrota, el sentimiento de orgullo era inmenso.

Por parte francesa una vez Lloris levantó el tan ansiado trofeo, la fiesta arrancó. Mendy y Pogba fueron los encargados de liderarla tanto en el vestuario como en su regreso a Francia. El propio presidente de la república bajó al vestuario a felicitarles y se dejó llevar por el buen rollo (se le ha visto en varios vídeos haciendo un “DAB”).

Lo que sí es digno de elogio es cómo se han sobrepuesto a la derrota en su Eurocopa frente a Portugal y han sido capaces de dejar en la estocada a selecciones del nivel de Argentina, Uruguay, Bélgica o Croacia. No han practicado el fútbol más vistoso, pero sí el más efectivo. Y eso les ha valido para alzarse con el trofeo sin apenas sufrimiento. Tan solo estuvieron por detrás en el marcador tras el gol de Gabriel Mercado en octavos, al que rápidamente respondieron.

Tras 20 años, la gloria vuelve a Francia.

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