12 Jul
12Jul

CRÓNICA | Croacia 2-1 Inglaterra


Ayer se confirmó la eliminación de Inglaterra de la Copa del Mundo 2018 frente a Croacia tras un partido en el que los de Southgate fueron de más a menos. Un arranque eléctrico, un golazo y un disparo al palo en la primera mitad. A partir de ahí comenzaron a sufrir la presión croata que, tras el gol de Perisic, fue imposible de soportar.

Antes del encuentro el ambiente era de noche grande. De esos partidos que, para bien o para mal, se te quedan grabados en la retina. Ambos combinados presentaban su once más reconocible, con la única novedad de Marcelo Brozovic en el cuadro croata. El estadio rebosaba emoción, y una vez el colegiado señaló el inicio, esa emoción fue dando paso a tensión, al miedo que supone recibir un gol y a la euforia de anotarlo.

Inglaterra arrancó el encuentro muy enchufada, realizando una buena presión y elaborando alguno que otra buena jugada. Hasta que en el minuto cinco un libre directo desde la frontal del área se convirtió en el 0-1. Una falta lanzada magistralmente por Kieran Trippier ante la que poco pudo hacer Subasic (durante el torneo el golpeo a balón parado de Trippier ha dejado boquiabierto a todo el mundo, hasta el punto de ser comparado con el de David Beckham). A partir del gol los three lions siguieron apretando y Harry Kane tuvo en sus botas el 2-0 en  un claro mano a mano, pero primero Subasic y luego el poste evitaron el gol. Lingard y Sterling también pudieron aumentar la distancia, pero no acertaron en sus respectivos disparos.

La segunda mitad comenzó con una Croacia más atacante, aunque sin inquietar demasiado a Pickford. Luka Modric consiguió hacerse con la manija del partido y eso permitió a su selección jugar con mucha más tranquilidad. Inglaterra estaba defendiendo a la perfección, hasta que en el minuto 68’ un centro de Vrsaljko permitía a Perisic hacer el empate. Ese gol dio alas al cuadro balcánico, que comenzó a asediar la portería inglesa. Los ataques se sucedían y la figura de Perisic emergió. Finalmente el partido concluyó con empate, por lo que una nueva prórroga se avecinaba.

En la prórroga sucedió lo mismo que durante el partido. Inglaterra comenzó mejor, conservando la pelota y teniendo en la cabeza de Maguire la posibilidad de hacer el 1-2, pero Vrsaljko lo evitó in extremis. Los relevos se sucedieron en ambos lados, aunque no supusieron cambio alguno en el encuentro. Y fue en el 109’ cuando todo cambió. Un error de concentración de la zaga inglesa permitió a Mandzukic hacer el que a la postre sería el definitivo 2-1. Tras ese gol nada cambiaría, e Inglaterra tuvo que intentar empatar con 10, tras la lesión de Trippier una vez habían hecho todos los cambios. Desde ese momento nada sucedió y en el 124’ el colegiado determinó el final del partido. Croacia estaba en la primera final de su historia. Un país de apenas cuatro millones de habitantes había logrado meterse en la final de un Mundial.

Al acabar el parido la alegría croata contrastaba con la tristeza inglesa. Pero lo cierto es que, una vez haya pasado un tiempo, esos jugadores sabrán apreciar lo que han logrado. Verán cómo fueron capaces de devolver a su país a una semifinal 28 años después. Esta generación inglesa todavía tiene mucho que decir, ya que del once titular, solo Ashley Young superaba la treintena. Ahora es momento de reflexionar, de descansar, pero sobre todo de estar orgullo del trabajo realizado por Gareth Southgate y estos 23 jugadores.

Por su parte los croatas afrontarán este domingo la final frente a Francia. A priori no parten como favoritos, aunque si algo nos ha enseñado esta edición de la Copa del Mundo es que todo es posible. Si Bélgica fue capaz de eliminar a Brasil, si Suecia dejó en la estacada a Alemania, Italia y Paises Bajos, ¿por qué no iba a ganar Croacia?

 Que siga el sueño.

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