13 Aug
13Aug



Ayer tuvo lugar la Supercopa más innovadora de los últimos tiempos, con VAR, en Tánger, a partido único...pero el resultado, el de siempre. Y es que el FC Barcelona volvió a alzarse con el trofeo al supercampeón español, competición en la que ha estado presente once veces desde el 2005, siendo el máximo ganador de este trofeo, con la victoria en 13 ocasiones.
Por otro lado, el Sevilla sigue en su racha desastrosa de finales. De las últimas cinco que ha jugado, cuatro las ha perdido, y además, contra el mismo equipo,(si, lo habéis adivinado) el Barça.

Entrando en el análisis del partido. Fue un encuentro igualado, con un ritmo lento, a causa de la poca claridad combinativa del Barcelona, sobre todo debido al gran entramado defensivo del cuadro de Machín. Busquets, que pese a su excelsa calidad, siempre infravalorada, lleva un tiempo en declive tanto con la selección como con su club, y ambos conjuntos lo acusan. Físicamente sufre más, y si como en la primera parte, no recibe la ayuda de un mediocentro de recorrido como Ivan Rakitić, se ve sobrepasado. Por eso, el Sevilla creó varias oportunidades cogiendo su espalda y saliendo al contraataque. Además, el gol de los nerviosenses llegó tras un fallo del catalán. Muriel lo aprovechó, dirigió el contragolpe y Sarabia ejecutó a la perfección. Tanto que subió al marcador después de la primera revisión del VAR en competición española, y que como hemos visto en el Mundial de Rusia, es el mejor invento de la historia del fútbol. Eficiente y nada lento. Un gran acierto.
Tras el gol sevillista, todo siguió igual durante la primera parte. El Barça intentaba superar el granítico bloque defensivo del Sevilla pero siempre chocaban contra el muro, hasta ese momento, infranqueable. Messi buscaba su conexión marca de la casa con Jordi Alba, pero todo intento era en vano. Dembélé probaba continuamente el uno contra uno pero pocas veces sacaba algo favorable.
Sin embargo, el cuadro de Valverde aprovechó una falta sin sentido de Ever Banega al borde del área que Messi disparó al palo y Piqué anotó el rechace.
En el descanso, el técnico blaugrana realizó un cambio lógico, dio a entrada a Rakitić por un desaparecido Rafinha. El croata no aportó demasiado en ataque, pero en defensa ayudó a Sergio Busquets a parar los contraataques del Sevilla, que en la segunda parte apenas dispuso de ocasiones de gol.
Cuando todo parecía indicar que la final llegaría a la prórroga, Dembélé, reinvindicando su valía, se sacó un derechazo desde fuera del área que tras pegar en el larguero entró en la portería. Imparable para un Vaclik que estuvo espectacular en el partido, destacando con varias paradas muy complicadas. El Sevilla tiene portero para rato. Un acierto de la dirección deportiva. Hay vida después de Monchi.
El conjunto andaluz buscó el empate, no conseguían crear oportunidades que hicieran temblar al FC Barcelona. Hasta que, en el minuto 90, Ter Stegen cometió un riguroso penalti sobre Aleix Vidal, el hasta hace unas semanas compañero suyo en Can Barça. Sin embargo, para tristeza sevillista, Ben Yedder lanzó un penalti desastroso. Flojo y prácticamente al medio. Muy fácil para Ter Stegen. Al acabar el partido, el entrenador del Sevilla, Pablo Machín, aseguró que sus dos especialistas desde los once metros son Ben Yedder y Banega, pero que no se ve capaz de imponer un tirador, que es cuestión de confianza. Decisión con la que discrepo. Si, es cuestión de confianza, pero por eso, debe elegir un jugador que en esos momentos de tensión sepa mantener la sangre fría. Es una faceta en la que el Sevilla ha tenido muchos quebraderos de cabeza últimamente y por eso, Machín debe reaccionar.

Tras el pitido final, Lionel Messi se convirtió en el jugador con más títulos en la historia del Barça, 33 coronas, se dice pronto.


PIQUÉ, ESTELAR. DEMBÉLÉ Y ARTHUR, ILUSIONANTES.

Gerard Piqué realizó ayer una gran actuación. A la altura de sus mejores noches. Y es que el central catalán estuvo encomiable en tareas defensivas. Serio y seguro en todo momento, poco pudo hacer para evitar el tanto de Sarabia. Rápido en el corte y la anticipación, no concedió ninguna oportunidad al combinado andaluz. En la semana en la que ha sido nombrado, por primera vez, uno de los capitanes del equipo, reafirma su condición de baluarte.
Otro que estuvo muy bien fue el actual campeón del mundo, Ousmane Dembélé. Su segunda parte fue brillante, desbordó y superó líneas con su velocidad y uno para uno, creando constante peligro hasta que su golazo dio la victoria al Barcelona. Se especula sobre su salida, pero después del partido de ayer, el francés se reivindicó.
Otra que ilusiona a los culés es el brasileño Arthur. El ex jugador del Gremio ha realizado una asombrosa pretemporada y ayer confirmó las buenas senasaciones. Con gran visión de juego, se asocia a las mil maravillas con las cracks de la delantera. Además, es capaz de superar líneas y mover el balón con suma facilidad. Las comparaciones son odiosas pero, ¿ha llegado el "nuevo" Xavi?.


JESÚS NAVAS, ¿PUEDE VOLVER A LA SELECCIÓN?

El mejor del Sevilla junto a su portero Vaclik.  Sin lugar a duda. Recordó al Jesús Navas que maravilló en el Sánchez Pizjuán hace unos años con sus cabalgadas por banda derecha, bicicletas y regates vertiginosos, y su fantástica capacidad de desborde. En su nuevo posición de carrilero, no sólo cumple en defensa, si no que también se convierte en una de las mayores amenazas ofensivas del conjunto sevillano. Estuvo a un nivel de categoría mundial, que no os sorprenda que entre los planes de Luis Enrique. Es difícil, pero por calidad y méritos no será.








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